sábado, 9 de septiembre de 2017

Greguerías de un inconformista (VII).

 
Desde hace unos pocos días el otoño asoma cada mañana y cada atardecer.

He observado en mis paseos pensantes, siempre acompañado de un libro que desea hacerse mi amigo o con el que ya amisté, que las golondrinas y las cigüeñas empiezan a emigrar hacia la calidez, y que los castaños dejan caer sus frutos, las castañas bordes, que son tan bordes que al caer ni siquiera se dan una gran castaña.

¡Qué cosas!
Unas parten y otras se quedan y se parten.

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