sábado, 28 de junio de 2014

Pequeño homenaje a la Reina Gudú.

 
Ha fallecido la Reina Gudú.
La Reina de la imaginación, pero también la  mujer que sufrió violencia (con su marido “el malo”, como ella misma decía), injusticia y vivió la muerte en sus alrededores. Ahora la hemos muerto, porque como también decía con frecuencia, “los viejos nunca hacemos lo que queremos. Los viejos no nos morimos, nos mueren”.

Yo adoro escribir cuentos, leerlos, también interpretarlos para los niños, y tal vez empezó esa afición mía leyendo las palabras de Ana María, la Matute, cuando dijo que los niños están dotados de una percepción superior, porque son capaces de entender y desbordar ilusión y alegría ante historias y cuentos que leen o se les explica, y los adultos ya no pueden porque las legañas de la vida se instalan en su ojos y no les permiten oír y escuchar y sobre todo ilusionarse.
No hay más que mirar la nitidez y el brillo de la mirada de un niño y los ojos oscuros y sombríos de un adulto.

La escritora del “Érase una vez…”, bebedora de medios wiskyes, nos dejó, mejor diría la dejamos que marchase, asqueada de lo que veían sus ojos en nuestra sociedad, esa que ella relató a través de sus cuentos y novelas sin perder la sencillez de su inspiración desbordante, como en la fabulosa novela “Olvidado Rey Gudú”, obra maestra de la literatura fantástica.

Decía en ocasiones que tenía un muñeco que su padre le trajo después de uno de sus viajes a Londres, y al que bautizó como Gorogó. Ella aseguraba que hablaba con él, y cuando el periodista le preguntó si Gorogó le respondía contestó "¿Qué si me contesta? ¡Pues claro!".
Yo te comprendí perfectamente, querida Reina Gudú, porque yo me rodeé de Montoya, Montoyita y Santi Amén, mis peluches que hicieron las delicias de mis hijos y de los de mi hermana en nuestros excursiones por los lagos y montañas y ríos de la Cerdanya. Y a mí también me decían, ¿por qué les hablas, si no te contestan? Y yo respondía preso de emoción: "Pues claro que me contestan. ¿O es que no los oyes?". Y como mínimo arrancaba risas y sonrisas de mis hijos y mis sobrinos, y eso ya vale un imperio.
En los últimos años han partido las mujeres de mi vida, mi compañera y mi madre, y a ellas les escribí mi prosa poética cromática “Orfandad”, y así rezan las primeras líneas.

“¡ Qué enorme orfandad me inunda y me asola !
Me abandonan las mujeres de mi vida,
la que me la dio y la que me robó el alma.
Quiero que permanezcan en mi medio ser,
porque soy la mitad de lo que era antes.”

Parece que no acabaron ahí las partidas.
El miércoles, 25 de junio de 2014, la Reina Gudú.
Velaba a mi madre y a mi amada.
Ahora también lo haré contigo, y lo haré como sólo lo saben hacer los huérfanos, Ana María.

2 comentarios:

  1. Los que no tenemos la suerte de disfrutar de ese mundo interior tan especial, pero sí de estar rodeados de él, lo podemos entender bien. Víctor tiene cientos, miles, millones de peluches y muñecos (hace años que perdí la cuenta, tanto del número de muñecos como de la cantidad de polvo que generan) y entre ellos hay dos que son especiales, no son "seres inanimados" , oyen, entienden, responden y se ofenden tanto como su dueño cuando alguien "osa" insinuar lo contrario.
    Y yo me lo creo porque además es verdad.

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  2. Evidentemente que es verdad !!!
    Montoya y Montoyita, como explico, me acompañaron en muchísimas excursiones con mis hijos y mis sobrinos, y no paraban de decir cosas, y yo las escuchaba y las transmitía a los "oídos sordos", y cuando les explicaba lo que decían reían y se lo creían. Pues claro que sí !
    Momtoyita se quedó una noche en mi Aparthotel de Madrid en la cama (dormía en la cama de al lado de la mía) pero volví con rapidez para rescatarlo, y casi estaba asfixiado en una bolsa de plástico en la recepción del Hotel, pero me estaba esperando. Y se alegró un un montón y se puso contento y yo también.
    Santi Amén compartió cama conmigo y con mi mujer, y no sabes lo que nos hacía reír con sus sandeces y ocurrencias, y no sabes lo que eso nos llegaba a unir, a los tres.
    Ahora ha partido porque quiere conocer mundo, pero esa es otra historia que algún día conocerás!!! Te prometo que sabrás de ella, zamorana!!!

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