Tengo que preparar la
malea. Mañana voy a visitar a mi hijo, a su mujer y a mi nieta. También
a su familia manchega.
Hay quien dice que tiene cicatrices en el alma.
Seguro que así es.
Yo la tendré, porque la herida que parte mi alma en dos
sigue abierta y sangra en muchas ocasiones, como los próximos días, en los que
se abrirá de nuevo la herida que no cicatriza. Y yo deberé esconder mi pesar
para no lastimar ni que él recuerde
Él fue el segundo fruto de su vientre, y la primera noche de
su ausencia durmió en su lecho y nos ofrecimos la calidez de nuestra manos que
reposaron unidas en un silencio de sepulcro.
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