jueves, 21 de noviembre de 2013

Diario de hoy.


Hoy amanecí oscuro.
Ayer me llegó un correo donde sin decirlo del todo dicen que no hacemos una campaña de publicidad.
La trabajé con mucho amor porque era para una ONG y era para un amigo que es el Presidente y que le pesa, la Presidencia y la ONG.
Recuperaba un tiempo donde la publicidad la veía de lejos y me apetecía acercarme de nuevo.
Estaba ilusionado por sentir de nuevo el nervio de saber si la idea lograba resultado. Pero no me está permitido sentir la ilusión de nuevo. La están adaptando a eso que llaman formato digital. Mi idea la adapta otro. Lo hará bien. Seguro. Pero a mí ni me han consultado.
Por eso amanecí oscuro.

Hacia frío, por la mañana.
La mañana era fría. Por eso hacía frío.
A mí me gusta.
Hoy no.
Una amiga me regaló calor. Me dice estupendo, a mí me dice estupendo, sí, a mí. Si un día tengo una bodega que haga brandy o vino le llamaré Estupendo.
Después se me ocurre pensar que estupendo se parece a estúpido y me hago un lío. Suerte que estúpido lleva acento y estupendo no. Eso hará que no me confunda más.
El día sigue oscuro.
Sólo luz en muchos chaps-chaps de mi amiga.
Suerte.
De los chap-chaps.
Y de tener una amiga

Tengo que almorzar con mis hermanos. Me da una bronca de miedo. Llamo a Pía y le miento que me encuentro mal. Pero es que en realidad me encuentro fatal. No físicamente. Moralmente. Pero voy al almuerzo.

En los FF.CC. de la Generalitat suena un altavoz y dice que “no se permite sentarse en tierra”. Bueno, lo dice en catalán. O sea, que ahora ya ni sentarnos podemos en toda la Tierra. Los gobiernos sólo prohíben, pienso. Pero nunca a ellos mismos. Lástima.

La comida con mis hermanos bien. Nada especial. Bien. Se meten con mi pelo largo, con mi forma de vestir, con lo que pienso de la política,… pero bien. Normal. Habitual. Sin cambios.

Salgo de la comida mientras mi hermana sigue con su infusión eterna. Pesada de cojones. Si está caliente, porque está caliente, si fría, porque fría, y si templada, que está en medio, pues por eso, porque ni fú ni fá. Pide la carta de infusiones y pide la que no tienen. Así es. Ella. Todos.

Salgo y compro unos brownies. Mi amiga me dice que se sentará encima de ellos porque en la tierra está prohibido. Sonrío. Qué bien.
Amaneció oscuro y amenaza lluvia. Pero ni eso. No llueve.
Y el paraguas se me despistó en “El Canalla”. Me gusta el nombre del Bar. Canalla. Fantástico. Noooo, estupendo!!!

Regreso a casa y a eso de la 18 h. se me ocurre ir a besar a gente del barrio porque hoy, que está oscuro, necesito dar amor que también es recibirlo. Nadie me mira mal.
Cuando llego a los comercios de mi barrio lo digo a lo bestia: vengo a besarte porque tenemos que amarnos.
Ni en el Treze, ni en la Floristería, ni en El Canalla, ni en la Panadería, ni en la Pizzería, ni en el Bar de Juan Carlos, ni en el Colmado Cactus, ni en ningún lado me miran mal.

Creo que todos necesitaban que los besase.
Ya lo he hecho.

No es que me encuentre de narices, pero mejor que antes de que oscureciese sí, que fue ayer o esta mañana, o cuando fuese, pero todo estaba oscuro. 

Ahora no.

3 comentarios:

  1. Hay una frase de Nietzsche fabulosa, que intentaré traducir con el mayor éxito posible: "los griegos, que sabían muy bien lo que es un amigo, nombraban a los parientes con una expresión que es el superlativo de la palabra "amigo". Nunca he conseguido entenderlo."

    ¡Pues eso! A ver si deja de llover por aquí de una maldita vez y empieza a verse todo un poco más claro. Ánimo!!!!!

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  2. Gracias por tus ánimos!!!
    Son sólo momentos de duda.
    Acuérdate de facilitarme (si así lo deseas, claro está) tu dirección física en Pamplona para que le pueda enviar a Víctor el Cuento "El Elefante que de una Mariposa se enamoró". Te recuerdo mi e-mail: paco.rierav@gmail.com
    Besos, grandes y calurosos para ti y tu hijo!!!

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