Pero vamos ya con el protagonista de nuestra Historia.
Nuestro Mago nació en el Valle de Belagua de la tierra de
Navarra en tiempos tan remotos que se pierden en la memoria.
Desde que él mismo supo que había nacido Mago, decidió que
se llamaría el Mago Pamplinas, y la razón de este curioso nombre la
comentaremos más adelante.
En los primeros días de su vida mágica aprendió de su madre
que todas las mañanas lo primero que se debe hacer es asearse, porque empezar
el día buscando la pureza que es frescura y lozanía es empezar bien el día, y
así lo hace cada día en las aguas del río Bidasoa, o en las del Urumea y a
veces también en las del Leizarán, dependiendo del lugar por el que transcurren
sus correrías y actividades de Mago de los bosques y los montes navarros.
Por lo general, sus días transcurren bastante ociosos entre
los abetos y las hayas y los pinos negros de los altos picos navarros, desde el
Katxela que no alcanza los dos mil metros, pasando por el Arlas, que rasca con
su cima los dos mil, el Añelarre, que para envidia del anterior los supera, y
hasta el Pic d’Anie, que ya se eleva por encima de los dos mil quinientos
metros de altitud sobre el nivel del mar.
Su actividad más importante es dialogar con los animales que
pueblan las montañas y valles húmedos del norte y las tierras de clima
mediterráneo del sur.
Habla con las águilas, con los urogallos y los
quebrantahuesos, y a veces con las marmotas, en castellano y en euskera, pues
todos ellos dominan los idiomas de su tierra y con los idiomas en el reino
animal no existen los problemas que otros pobladores de la tierra inventan.
Sólo renuncia a su rutina diaria cada trece de julio cuando
abandona por ese día su sombrero largo en forma de cono muy puntiagudo y la
larga sotana color otoño, porque asiste, vestido con el atuendo tradicional de
sombrero roncalés, capote negro y calzón corto, además de la varita mágica que
siempre le acompaña, a la Fiesta del Tributo de las Tres Vacas en la Piedra de
San Martín, fiesta que celebran desde tiempos antiguos los habitantes del Valle
de Baretous y los del Valle del Roncal, y que finaliza tras la entrega de las
vacas por los del norte a los del sur al grito y juramento de “Pax Avant” (la
paz avance).
¿Y qué os puedo explicar sobre el nombre de Pamplinas del
Mago navarro del Valle de Belagua?
Pues hay varias opiniones y estudios muy concienzudos sobre
el origen de su nombre.
Destacaré dos de ellas.
Dicen los estudiosos de los orígenes del nombre del Mago
Pamplinas que su madre decidió así llamarlo porque la capital de Navarra es
Pamplona, que también da nombre a la merindad correspondiente, y de esta forma
honraba la población más importante del territorio que su hijo el Mago iba a
habitar por los siglos de los siglos.
Otros opinan que el nombre tiene su razón de ser en el
convencimiento que su madre tenía acerca de la sustancia y esencia de la magia
que el Mago nos regalaría, y que no es otra que los consejos, las acciones y
recomendaciones que ofrecería y que en apariencia son carentes de importancia,
con escaso fundamento e incluso de escasa utilidad, pero que la madre del Mago
sabía que en verdad no era así sino más bien todo lo contrario, porque todas
las cosas realmente válidas y profundas de la vida presentan una apariencia
escasa y humilde, ya que todo lo noble y valeroso gusta de la humildad y
desecha la frivolidad de la exhibición y el ostento.
Yo apuesto por dar validez a las dos propuestas, pues en el
primer caso es bien cierto que la capital de Navarra es Pamplona y que
Pamplinas tiene resonancias fonéticas muy similares, y la segunda opinión
también me parece no sólo correcta sino muy cabal, porque los hechos que ahora
os narraré demostrarán que los consejos y recomendaciones que el Mago Pamplinas
ofreció y prosigue ofreciendo a muchos niños y niñas que a él recurren son tan
simples y tan sencillos que si bien tienen traza de vanos y estériles cuando el
Mago los regala, cuando se atienden ofrecen enormes frutos y bienaventuranzas a
todos los que los practican
gracias a la gran sabiduría que encierran y atesoran.
(continuará)
Menuda lección de geografía y folklore!!!
ResponderEliminarGenial el nombre del mago, por cierto.
Por nuestra parte, también, continuará...
Maribel y Víctor,
ResponderEliminarYo me siento ciudadano del mundo, y para mí eso significa amar la tierra en la que vives, amar a sus paisanos. Los dos años que viví en Pamplona por mis estudios, yo me sentí navarro de corazón, y eso me obligó a conocer su geografía y sus costumbres. Tú eres zamorana y de gran corazón, y Víctor aprenderá junto a ti a amar a aquellos que nos acogen y por eso él también entregará a os demás lo que anida en su corazón, amor.