sábado, 30 de noviembre de 2013

El Mago Pamplinas. (Un cuento de estructura literaria clásica. Con moraleja y todo incluida). Capitulo 6 y último.

 
A la mañana siguiente, al poco de despertar, todavía sentado en la cama y entre bostezo y bostezo recordó lo que le había pedido el Mago Pamplinas, y pensó que tal vez lo que le había querido decir era que reflexionase sobre las peleas que con su madre y con su padre había tenido y que le había comentado.
Pero como que no estaba muy seguro de que eso fuese lo que realmente le había indicado el Mago pues lo dejó estar y además el aroma del pan tostado y de la leche caliente que su madre le estaba preparando ocupó todo su pensamiento.

Los días transcurren con mucha rapidez, y entre sus obligaciones diarias y los juegos con sus amigos de la Escuela y del barrio y alguna que otra pelea, ahora por la pelota y después por la bicicleta, y antes por lo que uno de los amigos dijo y que a él no le gustó y luego porque al llegar a casa con retraso su madre lo reprendió y el se enfadó, Fermín casi no tuvo un momento para pensar en el nuevo encuentro con el Mago Fermín, y la luna ya mostraba su cara de harina por la ventana de su habitación.

Y, así como de improvisó, ¡¡¡ zas !!! una brisa de luz celeste y plata a los pies de su cama se sentaba y como por arte de magia el Mago Pamplinas le saludaba.
- Buenas noches, Fermín. Al igual que en nuestra breve conversación de ayer una sola pregunta hoy te dejaré. ¿Has disputado o discutido durante el día de hoy? No me respondas a mí. Contéstate a ti mismo. Y después haz exactamente lo que ayer te indiqué-.

Las últimas palabras Fermín ya las oyó quedamente, porque el sonido del murmullo de la partida del Mago Pamplinas y el polvillo de las lucecitas de su rastro las empezaba a silenciar.
Sentado en su cama, Fermín no tuvo que esforzarse en demasía para recordar las diversas peleas y riñas del día, y cuando a pensar en que tal vez en exceso se producían el sueño decidió que por ese día todo concluía.

Estaba Fermín despojándose de sus legañas con el agua fría de la mañana cuando de golpe y porrazo le pareció que comprendía todo lo que le estaba
intentando transmitir el Mago Pamplinas con la insistencia de una sola pegunta en sus encuentros nocturnos, y sin más tuvo la determinación y la firme decisión  de no pelearse durante todo el día, y en el caso de que la oportunidad de disputar surgiese por evitarla se esforzaría o el acuerdo buscaría, y si al partir el sol el Mago Pamplinas volvía y la misma pregunta le repetía él podría decirle que creía haber descubierto el sentido de la pregunta que desde hacía dos noches le hacía.

Y llegó la noche y con ella la oscuridad y con un chispazo de luz el Mago Pamplinas a la habitación de Fermín.

- Te estaba esperando – le dijo excitado Fermín-. Puedo decirte que hoy no me he peleado con nadie, ni con mis padres ni con los amigos y amigas.
Esta mañana creo que he comprendido el por qué de tu única pregunta de los últimos días. Yo te pregunté sobre qué podía hacer para evitar que de forma constante y permanente se iniciasen guerras entre las personas y las naciones. Y tú me dijiste que seguiríamos el mismo consejo que hace un tiempo me ofreciste con ocasión del estudio de las matemáticas: aprender a aprender. Y hoy no he iniciado ninguna guerra. ¿Por qué? Porque cuando entre dos personas una de ellas no se quiere pelear, no hay pelea. Y yo no quiero la guerra. Por eso no la habido-.

- Excelente, Fermín – repuso el Mago Pamplinas -. Ahora sí puedo afirmar, sin miedo a equivocarme, que aprendiste mi enseñanza. Y que además supiste encontrar la forma de aplicar lo aprendido. Por tanto, ya eres una persona que sabe aprender a aprender. Pero déjame que todavía te haga alguna pegunta más. ¿No es siempre mejor en momentos de disparidad de criterios y opiniones buscar el acuerdo y el diálogo que lleva a la paz que no discutir y pelear que sólo a la guerra conduce?-.
- Sí, así es, Mago Pamplinas. Jamás olvidaré tu consejo. Siempre intentaré alcanzar acuerdos antes de pelear con otros –respondió Fermín, que estaba emocionado desde que oyó que el Mago Pamplinas le decía que había aprendido y sabido utilizar su conocimiento-.

- Esta es la forma con la tú puedes evitar la guerra, querido Fermín. Y si muchos como tú hicieran lo mismo en cualquier circunstancia y edad de su vida, la guerra desaparecería.
Haz de altavoz de esto que has aprendido: díselo a tus amigas y amigos, coméntalo con todos aquellos con los que te encuentres en tu vida, y si no te permiten en voz bien alta decirlo, practícalo con tu comportamiento y muchos te observarán y tu ejemplo seguirán. Y cuando eso se haya extendido como si de una mancha de aceite se tratara, la guerra habrá desaparecido-.

Y mientras Fermín intentaba controlar la alegría que lo invadía y darle las gracias al Mago Pamplinas quería se oyó un potente estruendo, similar al del trueno de la primavera, y toda la habitación de Fermín se inundó de una lluvia de estrellas multicolores y una paloma blanca inició su vuelo bajo un maravilloso arco iris hacia la ventana portando en su ala el bastón del Mago Pamplinas.

Fermín permaneció muy quieto con los ojos clavados en su ventana, y pensó que enorme suerte había tenido de conocer al Mago Pamplinas y sus enseñazas recibir, y supo, sin necesidad de que el Mago se lo dijese, que cualquier chaval de cualquier país y de época cualquiera que al Mago y su sabiduría desee conocer sólo tiene que citarlo con el corazón y el Mago acudirá, y esos pensamientos en su cabeza como la paloma blanca revoloteaban cuando lentamente recostó su cabeza en la almohada, y se durmió.

Y aquí finaliza esta Historia
que en mis años de universitario en Pamplona me explicaron,
y puedo afirmar que lo narrado es verdad y no miento,
porque tal como me lo contaron yo te lo cuento.

4 comentarios:

  1. Hola Paco: ya me he leido el cuento del mago pamplinas. Me ha gustado mucho,es genial. pero como no conozco todas esas montañas ni algunos de los animales esa parte se me ha hecho un poco larga. Me gusta mucho que Fermin aprenda todo lo que le dice el mago.
    Me encantaria ser Fermin para que se me apareciera el mago pamplinas, porque mi madre dice que a lo mejor un mago no se le puede aparecer a otro mago, aunque yo creo que si, que perfectamente.
    Por cierto el elefante la mariposa y la mariquita ya han llegado y sin doblar.
    Por la portada y el titulo ya me gusta el libro, esta noche empiezo el libro.
    ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡MUCHISIMAS GRACIAS!!!!!!!!!!
    Un beso
    Victor

    el regaliz del libro tambien ha llegado

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  2. Qué bien que te haya gustado el Mago Pamplinas!!!
    Y yo creo, pero lo estudiaré con detenimiento, que a ti sí se te puede aparecer un Mago como a Fermín. ¿Por qué? Porque la magia aparece cuando uno cree en ella y sobre todo cuando la desea a través de la bondad y del amor por los demás. Es entonces cuando aparece el Mago, EL QUE LLEVAS DENTRO, porque aportarás felicidad!!!
    No lo olvides, amigo Víctor: TÚ eres la autentica MAGIA.
    Ahhh!!! Y la mariquita se coló, pero vamos a dejarla que esté ahí, que a lo mejor puede ayudar al Señor Elefante del África Central con los mosquitos que a veces le molestan y que con la trompa y la cola se cansa de espantar.
    Muchos y mágicos abrazos!!!

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  3. Observa, Víctor, abre mucho los aojos y verás que la magia está en la propia vida: Hoy, por ejemplo es el día 11.12.13 !!!
    A que es mágico?
    Y sabes por qué?
    Porque tú y yo así lo queremos!!!
    Fantástico!!!

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  4. Y el año que viene, el... ¡¡¡ 14 !!!
    Es la magia potagia, que siempre que quieras, Víctor, sigue y sigue y sigue, porque además de en tu mirada, está sobre todo en.... TU CABEZA Y EN TU CORAZÓN!!!

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