Hace unos días, tal vez ya alguna semana, que rondan mi
sesera ideas que deben esclarecer, esperemos que no oscurecer, una parte
importante y con, desgraciadamente por su carácter prosaico, trazas de esencial
de ciertos aspectos de mi futuro a medio plazo, y que no a largo por mucho que
otros que me rodean se empecine en que así es (porque yo creo que planificar
hoy a largo plazo es como pensar que las desigualdades desaparecerán de la faz
de la tierra o que los gobiernos primarán los intereses del pueblo por encima
de sus partidismos o que los nipones dejarán de comer atún rojo del
Mediterráneo o que los chinos se olvidarán de la aleta del tiburón o que el
logopeda de Mariano conseguirá mejorar su ceceo o que la Merkel dejará de hacer
merkeladas y Putin putinadas y el francés de nombre holandés dejará de creerse
un Casanova italiano, por poner unos ejemplos).
Como que continúo de forma tenaz, persistente, obsesiva y
algo desesperada mareando el tema en mi coctelera personal me ha venido a la
mente esta mañana una frase que lanzó un extraordinario personaje y que escribo
para ver si produce en mi atribulado cerebro un efecto balsámico que me ayude
en la correcta toma de decisiones, por lo menos en las que dependan de mí,
porque muchas veces tendemos a creer que todo depende de nosotros mismo y en
muchas ocasiones no es así.
“Cuanto más te gusten tus
decisiones, menos necesitarás que le gusten a otros”.
Mafalda dixit.
Me acuerdo de ti, niña de Quino y de muchas y muchos otros
que aprendimos de tu finísima e inteligente ironía.
Vuelve a enseñarme y a echarme una mano, mi niña bonita !!!
Qué gran verdad dice "Mafadita"
ResponderEliminarY cuando te das cuenta de que efectivamente te ha gustado tu decisión...eso no tiene precio!!!!
Qué placer reencontrarte de nuevo en mi Blog!!! Ya sufría de una cierta añoranza.
ResponderEliminarY mira de nuevo como la Ley de la Sincronicidad aparece cuando menos la esperas: mientras yo hago una referencia a Mafalda y a su creador, el argentino que firma como Quino, en España le conceden el Premio Príncipe de Asturias de la comunicación. Sólo se me ocurre decir que Jung tenía razón.
Pero lo más importante: te recupero en los comentarios de mi Blog, y eso siempre es un placer para mí!!!