Así que tras recibir el briefing por parte de la Z.A.L., la
cuestión era por dónde empezar.
Y la respuesta era simple ya que era la de siempre: buscar
información para empezar a desarrollar una estrategia de comunicación, y con
posterioridad un producto creativo, que nos acercase a los objetivos
perseguidos.
Una aclaración antes de proseguir con este relato histórico.
Los publicitarios necesitamos información y conocer el
producto o servicio que debemos publicitar, como es obvio, pero tampoco tanta
como la gente piensa.
Dicho de otra manera: el publicitario es un generalista,
no es un especialista en nada, porque ahora estás con un cliente que
comercializa espacios para la actividad logística y al cabo de unas horas estás
recibiendo un briefing para realizar un spot de compresas femeninas con alas y
sin alas, absorbentes, que no transparentes y que no se notan al andar, y ya me
dirá Vd. si todos nosotros, los publicitarios en general, conocemos en
profundidad lo que valora una mujer de cualquier edad y condición para escoger
unas compresas que vuelan o planean o se agarran como lapas a sus nalgas para
que nadie note que entre su trasero y sus prendas íntimas hay alas o no las
hay, o las necesidades del fabricante de automóviles de Extremo Oriente que
desea instalarse en la Z.A.L.
Hecha esta salvedad, diré que recordé en ese momento que un
muy buen amigo mío, de apodo Titi para los más cercanos, trabajaba o lo había
hecho en el sector de aduanas portuarias, por lo que decidí de forma
relampagueante contactar con él, explicarle la situación y proponerle que me
sometiese un fin de semana completo a una inmersión o a una sesión de baño y
masaje total en ese mundo extraño hasta en sus más sencillos términos para mí y
mi gente.
Y así lo hicimos !
Un fin de semana nos encerramos en su casa o en la mía, ya
no lo recuerdo, y con paciencia y con ilusión, y ello barnizado de una cierta
coherencia y disciplina explicativa, mi amigo me fue introduciendo en ese
complejo mundo de la actividad económica de los mares para que después en la
Agencia propusiéramos al Cliente las acciones a poner en marcha para generar
mayor tráfico de mercaderías con dirección a la Ciudad de los prodigios,
nuestra extraordinaria y bella Barcelona.
Y ganamos el Concurso !
Y nuestra Agencia se llevó la Cuenta, con gran cabreo y
algún que otro mal perder de la anterior Agencia que la gestionaba, pero esa
sería otra historia que no atiende al deseo que me impulsa a escribir este
relato.
Yo me había comprometido con mi amigo aduanero a invitarlo a
una buena mesa tanto si ganábamos el Concurso como si lo perdíamos, y eso es lo
que hice el 31 de diciembre de 1992, y es en ese mismo día y momento cuando empieza la
verdadera historia de "Una casa con alma o La Experiencia es un grado".
(continuará)
No. El placer es leerte.
ResponderEliminarIntento recordar como fue mi 31 de diciembre de 1992, pero nada, no me viene nada...
Me encanta la historia con final feliz. Así que sí, este segundo capítulo también es de mi agrado.
Pero empieza ya con la casa y el alma, recontracollons!!!
Maribel
Tranquila, Maribel, que todo llegará. Paciencia.
ResponderEliminarLa casa está hay esperándome, esperándote, esperando a los que me apecian y yo a ellos desde que en 1850 alguien decidió que llevaría por nombre "Cal Rosa Tet".
Hoy en día atiende por "la Rauxa" (antónimo de "seny", expresiones muy de mi tierra catalana) porque así yo la bauticé, pero yo no olvido su anterior nombre porque mi obligación es tener el pasado presente, y más el pasado de mi casa, y cuando a ella me refiero hablo de "La Rauxa. Antiga Cal Rosa Tet".
Así pienso que debe ser y así es!!!