jueves, 29 de mayo de 2014

Hoy 90 años, Papá!!!


Hoy cumples noventa años, Papito.
Que alegría!!!
No sabes cuántos días estás conmigo y cuánto me ayudas.

Ayer murió una poeta, que no poetisa que es una denominación tonta y cursi como un rábano (¿los rábanos por qué serán cursis? Pero se dice, ¿verdad? Pues ya está).
Y ella era una poeta en mayúsculas, que decía en uno de sus poemas, “Yo, aún así, me alzo”.
Eso me enseñaste tú y ahora me lo enseñan mis hijos cuando a veces me derrumbo y me vengo abajo, que no es frecuente pero cuando acontece es intenso.

Pero no sufras, te lo ruego, que ya tiro de mi carro, a veces con pesar y un cansancio que es como la humedad, que cala en los huesos, pero me levanto y me alzo cuando pienso en ti y en cómo afrontaste los momentos difíciles que también te asolaron.
Además, hay quien me ayuda y con el deseo de ayudarme, y sabes que son mis hermanos y mis amigos y amigas sobre todo, porque sintonizo mas con la mujer que con el macho.

Celebré tu muerte, sólo porque no sufriste con el fallecimiento de Susan, que murió cinco años después de ti.
No lo habrías soportado porque yo sé que la querías con una pasión que te desbordaba.
Siempre me recordabas la gran suerte que yo tenía porque una mujer como ella me amase hasta el punto en que lo hizo.
En silencio, con lentitud, con paciencia, con constancia, con ese cariño que hasta la mirada ama, que es como se ama de verdad.
Y más cuando tu pareja, o sea, mi menda lironda, es un obsesivo que se vicia del trabajo que era la publicidad y el reconocimiento ajeno (¡ ay ese ego, Paquito!) y de lo que le pongan delante hasta la desesperación del sensato.

Y es cierto, Papito mío, pero mi gran suerte fue que tú eras mi Papá.
Me lo enseñaste todo, y aún así hay días que se me olvidan tus enseñanzas sabias pero estáte tranquilo porque disfruto de mis hijos que me mantienen alzado.

No quiero extenderme, Papá, porque luego nos da por moquear a todos y como que tú vuelas muy alto manchas hasta la nubes y nuestras nostalgias son nuestras y de nadie más.

Me dicen Mamá y Susan que te ocupas mucho de ellas, salvo cuando juega el Barça porque entonces te concentras como si fueses jugador y sólo ves pelota, verde césped y, sobre todo, a Messi.

Te quiero, Papá, y nunca te ausentarás de mi corazón. Cuídate!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario