Esta mañana he ido al servicio de urgencias del Hospital
transfronterizo, qué curioso que los hospitales tengan fronteras, verdad, que
hace poco inauguraron en la Cerdanya.
He ido para ver si me pueden amputar la tristeza.
Me han dicho que no tienen cirujanos para esa enfermedad.
Me he vuelto a mi casa en Enveitg con la tristeza cogida de
la mano.
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