He conocido personas con tres nombres, como por ejemplo el
hijo de la que fue, pudo ser más y no fue nada porque decidió quitarme, que se llama
Víctor Domingo Martín. Tres nombres entre el de pila y sus dos apellidos.
Ayer y esta mañana han estado en mi casa mi Tío Jordi y su
mujer, y resulta que ella se llama María Reyes Valentí Pascual.
¡¡¡ Cuatro nombres !!!
Me divierten estos juegos.
La palabra es lo más importante que tiene el ser humano, y
con las palabras que se convierten en nombres nos llamamos entre nosotros. Así
nos reconocemos.
Ahora me dedicaré a buscar a alguien que tenga cinco nombres
y me haré amigo de él o de ella, porque luego es divertido explicarlo.
O así me lo parece a mí.
Lo que ya no es tan divertido es mi obsesión con esa mujer
que me dijo que me quería y no era cierto. Luego me dijo que no me veía fuera
de su vida porque me quería muchísimo y tampoco esa cierto.
Y yo que soy “cap ficat”, como decimos en catalán, sigo
obsesionado con ella, porque fíjate que a la mínima que se presenta la ocasión
busco su referencia, por complicada que sea, como en esta tontería de los
nombres.
¡Que hi farem!
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