Me he sentado en una terraza en Llivia que no acostumbro a
visitar salvo de forma esporádica, porque la que es habitual en mi historial
está cerrada por vacaciones hasta mediados de julio, y mientras esperaba que
viniera el camarero, que luego resultó ser una camarera de agárrate y no te
menees, sin opciones para mí porque su juventud me abrasaría, he leído una
noticia en la prensa que me ha descolocado del todo, y lo que es peor, me ha
hecho sentir viejo reviejo y caducado.
Una empresa, al parecer de éxito, porque factura 692
millones de euros y tiene un beneficio de cincuenta de esos millones de esa
moneda extraña que a lo mejor o a lo peor los griegos la tiran a la basura,
gana valor añadido (eso reza el titular que ya me incomoda por que lo de
añadido me suena a IVA y ya me duele el bolsillo) impulsa alimentos
funcionales, anticuerpos monoclonales y fármacos biosimilares.
Se me ha cruzado tanto el cerebro que a la camarera de muy
buen ver le he dicho que me trajera una docena de jarras de cerveza, todas
juntas, que me las bebería en doce tragos largos (a uno por jarra), y que luego
me acompañase al coche y me sentase en el asiento del conductor, y que yo ya me apañaría para llegar a mi casa
como pudiese y sin llamar la atención.
Me ha mirado como con ojos raritos pero no ha dicho nada y
al poco estaba yo sentado con doce jarras repletitas de cerveza bien tirada. Algunos me miraban, pero es que la gente mira por mirar.
Y ahora a ver si me aclaro, ahora que ya estoy en casa y no ha
pasado nada con mi coche ni con mi cuerpo.
En mi época publicitaria ya se me hacía un nudo en el
estómago cuando debía incluir en el copy de un spot términos como cimpilitione
(¿o es que con z?), que nadie tenía ni idea de qué es o para qué sirve, pero
parece que ayudaba a convencer de que ese detergente limpiaba más y mejor que
otro cualquiera, y por supuesto tu ropa quedaba más limpia que la de tu
vecina, ¡ elis elis puchinelis !
Me he pasado media vida oyendo a los de la voz afectada de
los telediarios hablando de los hectopascales, y no hay humano de conducta
seria y formal que sepa para qué
sirve un hectopascal, pero ellos, los de la TV, erre que erre con los
hectopascales.
Pero hoy, hoy lo he superado todo: anticuerpos monoclonales,
fármacos biosimilares y alimentos funcionales.
Suerte que las cervezas me han ayudado a olvidar, porque
ahora no sé qué cenar, porque los alimentos que suelo consumir se llaman
verdura, carne, pescado, huevos, fruta,… y no sé sin son funcionales.
Mejor no ceno y mañana ya preguntaré, siempre cuando no me
levante siendo un hectopascal o un cimpilitione.
No hay comentarios:
Publicar un comentario