domingo, 26 de julio de 2015

Pregunta a un amigo.

 
Salva, amigo,

¿Tú conseguiste superar la angustia infinita?
Porque yo lo intento, ¡pero no lo consigo!
Cuando cada día tengo delante el papel en blanco y mi mano coge la pluma para escribir, la tinta sólo habla del amor y de la ausencia.

Le decía a alguien que fue y ya no es que tengo el alma como una hoja de papel arrugada, que por mucho que con la palma de la mano busque eliminar las señales de las arrugas no hay manera de conseguirlo. Una herida cicatriza e incluso con el tiempo la cicatriz llega a desaparecer al control de la vista, pero una arruga en el papel jamás desaparece, como las arrugas en lo más íntimo, allí donde sólo accede uno mismo.
Es esa angustia infinita que habita el alma.

¿Tú conseguiste eliminarla pese al anclaje que hace en las vísceras, amigo?
Yo lo intento cada día, ¡pero no lo consigo!

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