viernes, 22 de mayo de 2015

Relámpago mental desmantelado XXII y/o la industria farmacéutica.

 
Ayer por la tarde hablaba con una amiga que se aleja buscando tal vez mi silencio o deseando no hacerme sufrir su ausencia inesperada y que se me hace insoportable, y celebré en nuestra moderna conversación, que es de pantallitas para gente con buena vista y de emoticones que son la nueva expresión infantil de las emociones, que la Sanidad Pública la ha aceptado para un tratamiento de una enfermedad que padece y que no viene al caso comentar porque pertenece a su intimidad (y un poco a la mía por ser conocedor directo y expreso de la misma).
Lo celebré profundamente porque esta muchacha se merece lo mejor porque entre otras cosas ya ha sufrido lo suyo y es posible que una parte de su sufrimiento sea yo mismo sin desearlo ni quererlo.

Cuando envié mi último mensaje congratulándome de que beneficie de esa asistencia, no se por qué diablos me vino un relámpago a la cabeza: si el tratamiento es mensual y los meses, salvo el paranoico febrero, tienen o bien treinta días o bien treinta y uno, por qué las cajas de medicamentos son de veintiocho comprimidos.
Y se me ocurrió una solución al problema, puede ser uno de mis múltiples desvaríos, pero aquí lo lanzo: si multiplicas 28 pastillas por 12 meses que tiene el año, el resultado es que la medicación te cubre 336 días, y como que el año tienen 365 días, pues resulta que te faltan 29 días por cubrir, es decir, una caja de más (y olvido esa pastilla por la dislexia ya comentada del mes de febrero).
Es decir, para tratar tu enfermedad, si el tratamiento es anual o constante como por ejemplo en los hipertensos, necesitas 13 cajas de pastillas y no 12 que son os meses del año.

Por tanto, y concluyo, la industria farmacéutica sigue riéndose de todos nosotros, los consumidores a carcajadas y como nosotros no decimos nada (como con la clase política, por ejemplo), haciéndose más y más ricos a costa de nuestras enfermedades.
¿No sería más fácil hacer cajigas de pastillas de 30 o bien 31 comprimidos en ve de esta surrealista cifra de 28?

Dejé el tema porque una moza no tan guapa como mi amiga entraba en la barra de mis cervezas, y estaba de buen ver.
Pensé en tirarle los tejos, por jugar un poco, y sólo me salió de los labios veintiocho, así que arruiné toda posibilidad de entablar conversación porque cambió de lugar como quien no quiere la cosa.

Y yo froté entre sí las palmas de mis manos, gesto habitual en mí cuando estoy contento, porque realmente estaba, y estoy, feliz por mi amiga.

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