Antes de comer tomaba una cerveza en un bareto de Llívia.
A mi lado un individuo.
Se dirige a mi con la generalidad de “Qué calor hace estos
días, eh?”
Yo le respondo que “Sí, mucho”.
Después se me ocurre decirle que tiene cara de guardia civil
calvo, porque la tiene.
Y me responde que lo era antes, pero que se casó con una
pubilla de la población que es y era
rica y además hija única y dejó de ser guardia civil y que ahora se dedica a las
bicicletas de montaña, venta, alquiler y reparación.
Me dice que su mujer se llama Paquita y el Paco, y se ríe.
Yo también, pero no le digo que yo me llamo Paco, porque
todo empieza a resultar ridículo.
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