lunes, 26 de octubre de 2015

Sin título (X).

 
Hoy es un día lluvioso y de niebla.
Sobre el tejado de mi casa se ha instalado una espesa nube como si fuese un gorro de lana. Lame el techado y descansa de sus afanes de viaje.
Día que es de recogimiento y de silencio.

“Nacht und nebel”.

Pienso entre las brumas de fuera y al calor de la chimenea de la sala de estar que ella me permitió levantar de nuevo el vuelo hasta llegar a flotar y después me dejó caer.
Y no había niebla ni nube a ras del suelo que me acogiese.

Sólo humedad en los huesos y la destemplanza del recuerdo del calor de su piel.

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