jueves, 1 de octubre de 2015

Impresiones de un cuentacuentos en Prullans.

 
26 de septiembre. Feria Arç – Diada de Fruits i Herbes Oblidades de Prullans.
Un día antes de las elecciones autonómicas de Catalunya. Posiblemente las elecciones de mayor importancia de los últimos siglos en nuestro país.
Yo debuto como cuentacuentos en mi querida Cerdanya, invitado por Marcel.lí Pascual, Director de la Editorial Salòria de la Seu d’Urgell.

Me acogen con un cariño enorme, tanto los “firaires” como los padres y niños que asisten a mis narraciones.
Narro tres cuentos: “El burot i les cireres d’Arfa”, de Pep Albanell y publicado por Salòria, “El Elefante de que de una Mariposa se enamoró”, que yo mismo escribí en marzo de 2012, y una leyenda ceretana, “El Llibre màgic”, recogida en el libro de Miquel Figuera i Abadal.

Las caras de los niños, ¡y de los padres y madres que me escuchan!, me emocionan. Atentos observan todos mis movimientos, escuchan mis palabras, atienden a mis gestos, sonríen, dibujan muecas en sus caritas, abren los ojos, parpadean, los cierran,… me embrujan ellos a mí más que yo  a ellos.
Sobrevuela por mi mente el recuerdo de mi esposa fallecida hace unos años. La menciono, le dedico a ella, que era un ángel perdido en esta tierra de sudores y dolores, mis narraciones, me emociono en mi interior pero me esfuerzo en contener unas lágrimas espesas de miel que asoman en mis retinas.

Después de cada cuento me aplauden, pero yo no miro las palmas de sus manos, porque miro sus ojos que irradian calor y agradecimiento y cercanía y calidez.
Y eso es lo más importante para un cuentacuentos que sólo desea hacer felices a unos niños, ¡y a sus padres!, que sólo busca enamorarlos a todos por la literatura, por nuestras tradiciones que toman forma de leyendas, arrancar una sonrisa a esos ojos negros, azules, otros verdes y que brillan como los míos que lloran ciegamente porque un cuentacuentos no puede llorar.

Mi mujer me ha oído desde la nube que habita en el cielo y me manda un beso y me pide que siga leyendo cuentos por toda la Cerdanya.
Lo haré, mi amor.
Te lo prometo. Llevaré tu calor y todo tu candor a todos los niños que vengan a escucharme, y les explicaré cuentos para conseguir esas sonrisas que tú extraías de mí.
Y después te lo contaré para que tu sonrisa inunde mi alma de la paz y el sosiego que siempre me ofreciste.
Seré tu cuentacuentos por toda la Cerdanya, amor.

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