Píldora de la luna de los
lunes.
Cavilaciones, reflexiones
e introspecciones.
“Los ojos no sirven de
nada a un cerebro ciego”.
Proverbio árabe.
¡ Magnífica sentencia !
Y cierta y verdadera.
Aforismo que podría interpretar desde una perspectiva
negativa que afirmaría el dicho desde sus
múltiples aplicaciones en ese sentido: ojos que no sirven a los cerebros ciegos
de los políticos del denominado sistema democrático occidental, al cerebro
obnubilado de la clase judicial de este país, a la ceguera persistente de
muchos racistas de los EE.UU. de América (y de otras naciones y territorios), a
la ceguera de representantes públicos de países emergentes como Brasil, Rusia,
China…, a las mentes enfermas de los miembros radicales del autodenominado
Estado Islámico, a los cerebros paranoicos del Líder y adláteres de Corea del
Norte y de otros regímenes totalitarios, a los partidarios de movimientos
extremistas del África Negra, a las relaciones entre los pueblos de Oriente
Medio,…
pero que en este lunes de hoy quiero atender (al proverbio)
desde su vertiente positiva, porque
esta misma semana llega la primavera, y con ella la fecundidad y la fertilidad,
la abundancia, la luz y el color, la tibieza del día y el frescor agradecido de
la noche, la transparencia del aire y la claridad de las aguas, el deshielo de
las nieves y el fluir de los ríos, el aroma de las flores y el zumbido de
plenitud de los insectos, el despertar de los animales aletargados y la alegría
exuberante de los infantes,…
y la prodigalidad de la vida quiero creer que se reproducirá
en las almas de los seres cuyos ojos no les sirven de nada y se abrirán para
amar y comprender desde la tolerancia de la diversidad y la riqueza de la
diferencia.
¡ Que al proverbio árabe le podamos dar la vuelta y que los
ojos propios y los de nuestros semejantes sirvan para que nuestros cerebros
reaccionen ante la ceguera que conlleva la maldad, la perversidad y el egoísmo
!
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