jueves, 5 de marzo de 2015

Relámpago mental desmantelado V y/o la igualdad de todos ante la Ley.

 
La TV catalana informa de que el futbolista del Barça, Gerard Piqué (el de la Shaquira), que se enfrentó a unos guardias de tráfico porque consideraba injusta la sanción que iban a ponerle a su hermano no sé porque infracción, y parece ser que utilizó expresiones malsonantes dirigidas a los agentes y menospreció y se mostró despectivo con su profesión y su honestidad profesional, ha sido sancionada por una Juez con una multa de diez mil quinientos y pico euros, cuando el fiscal sólo pedía 900 € de multa, basándose en que los diez mil y pico están más acorde con el dinero que el futbolista gana ejerciendo su profesión de futbolista de elite.

¡Un relámpago maligno recorre toda mi cabeza y el espinazo entero!
Yo, como todos los humanos, necesito a veces desahogarme de las tensiones diarias.
La Juez me ha proporcionado una idea maravillosa: cada vez (bueno, alguna que otra vez, cuando esté tenso) que me cruce con un guardia urbano o de tráfico le diré unas cuantas lindezas del estilo chorizo, sinvergüenza, caradura, cara conejo, bodrio, o en catalán, ximple, beneït, carallot, estaquirot, brétol, sómines,…
Eso sí, antes les avisaré de que voy a insultarles porque necesito liberarme de la presión acumulada por el simple hecho de vivir bajo un sinfín de normas, reglas, papeleos, problemas familiares y profesionales, Ayuntamientos, Haciendas, impuestos, independencias, soberanismos, federalismos, operaciones recentralizadoras, bromas de mal gusto wertianas, urdangarianas, gallardonadas, cospedaladas, santamarianas, aguirreanas, camachadas, etc. etc., y que luego asumiré con absoluta entereza y sumisión la multa que deberán librarme, porque la mía será de máximo un euro dado que no sólo no soy Piqué sino que no soy nadie, y mis recursos económicos son escasos, y mis ingresos nulos.
Y por un euro, que a buen seguro será la multa máxima que me impondrá mi estimada Jueza en cuanto sepa quien no soy, me puedo permitir recuperar mis mejores sensaciones vitales, olvidando esa negativa presión que a todos nos aprieta en ocasiones y que tanto daño nos causa.

¡ Gracias, Sra. Juez ! Seguro que después de insultar a un agente sin mediar causa alguna me encontraré mas ligero y optimista, y el agente se sentirá generoso porque habrá ayudado a un conciudadano a liberar sus tensiones y a la convivencia social en general.
La propondré para que le otorguen, amén del título que ya disfruta de Juez de la Ley igual para todos, el Título de Psiquiatra o Psicóloga, o mejor, Médico Emocional y Psicosomático, que queda más modernillo, y en su variedad “cum laude”.

Mientras mi cerebro dictamina que sí, que definitivamente sí, que la Justicia es igual para todos en este país, porque es evidente, ¿no?, decido seguir unas faldas llenas de un cuerpo de mujer que parece desde lejos preciosa por el simple bamboleo de sus caderas, porque seguro que será más interesante que la Juez y la Guardia Urbana y mis liberaciones de tensión.

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