Con mucha gente con la que hablo y en muchas de las
conversaciones que mantengo aparece el término ex.
Me hablan de sus ex porque muchos y muchas tienen ex.
También tienen y me hablan de otros tipos de ex: trabajo, aficiones, gustos,
amigos,…
Se dispara una chispa de alarma en mi cerebro cuando algo
dentro de él me dice que yo no tengo ex. Nunca tuve una ex, ni un ex, y mi
trabajo, aficiones, gustos, amigos,… son los mismos de siempre.
Para consolarme, por mi carencia de ex, me digo que mi
problema es que me involucro mucho, incluso a veces demasiado en todo lo que
hago, y por eso no hay ex en mi vida.
Luego pienso que tal vez algún día seré ex de todo y será
que entonces ya no sabré o no querré o no podré involucrarme.
Un carraspeo del hombre de la mesa de al lado me distrae al
captar mi atención, y vuela la bruma.
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